Rufino Tamayo/ Murales/ Dualidad, (1964)
Ciudad de México con el objetivo de conocer los murales que Tamayo pintó entre las décadas de 1930 a 1970.
Dualidad, en el Museo Nacional de Antropología, es un mural de impresionante colorido, pintado en 1964 que se encuentra en el vestíbulo del auditorio Jaime Torres Bodet, de este recinto. Mide 3.53 x 12.21 metros y fue elaborado con *vinelita sobre tela de lino, la cual fue tejida especialmente para que resistiera el peso de la pintura y las arenas que Rufino Tamayo empleó en su elaboración.
Tamayo se inspiró en la cosmogonía náhuatl de los opuestos y complementarios para dar vida a esta reinterpretación personalizada de la mitología precolombina. “Es una lucha de los elementos que originan la vida: por un lado el bien, la sabiduría, la luz… por el otro el mal, las tinieblas” [1].
El día es simbolizado por un reptil de vibrante color turquesa, la serpiente emplumada representa al Dios Quetzalcóatl en tonalidades cálidas, el cuerpo semi-enroscado y la boca abierta que se aproxima a su opuesto con el sol en lo alto. La noche se hace presente con el Dios Tezcatlipoca en forma de jaguar, sobre un fondo de tonalidades frías, con la luna descendiendo y la Osa Mayor sirviendo de escenario para que el jaguar despliegue su ferocidad atacando con garras y dientes a la serpiente emplumada. Mientras estos animales luchan, el cielo se ilumina a medida que amanece, los matices rojos y azules se mezclan en el centro como un choque de tonalidades provocado por la pelea.
Tamayo realiza su propia versión pictórica fuerte en colorido y expresividad “El combate ha empezado y los dos animales abren sus fauces para amenazarse mutuamente. La tensión del centro del mural se desvanece en los extremos del lienzo donde lo masculino y lo femenino se identifican con el sol y la luna, con el día y la noche, con la vida y la muerte” [2]